AMOR SURREALISTA


Querido mando a distancia:
Soy tu televisión, en estos momentos de bajón porque me han desconectado, siento que soy el más desdichado de los electrodomésticos. Mis circuitos que palpitaban con tu cambio de cadena, han dejado de cimbrear en mí adentro.
¡Por tu culpa!, ya no ilumino la sala de estar con las carcajadas que salían de mi interior, tampoco causo lágrimas en esos seres que me miraban embelesados.
¿Recuerdas aquella vez?... Sí la última, la que conectamos mas tiempo de lo normal gracias a un fallo eléctrico. ¡Qué felicidad tan grande! Tus ondas me penetraron tan intensamente, que hasta el actor de la romántica película fingió el más grande de los orgasmos. O eso me pareció a mí.
Ayer sin ir más lejos, los tenía a todos, atrincherados en el sofá, temblando de pavor. Los flashes del film hicieron que Lourditas gritase de miedo; y con el doble surround que me enchufaron vibraba hasta la vajilla del comedor. ¡Como te eché de menos!
No sabes como añoré esas miraditas cómplices que nos hacíamos cuando subían o bajaban el volumen.
Me parece mentira, que con tantos años juntos te hayas dejado cambiar por un universal. ¡A nuestra edad! Si ya casi no nos queda vida.
A mí, seguramente, en el dos mil nueve, me cambiaran por una pantalla plana. ¡Mejor así!
Te juro que lo prefiero antes de que me acoplen un tdt, ese cerebro aparte, que te introduce canales en todos los programas.
Bueno si te llegasen mis pensamientos, no me lo tomes en cuenta, como te he dicho es un momento de apagón. Sé que tampoco querías alejarte.
Con el mejor de mis recuerdos; una que te quiere: Tu televisor favorito “Sharp”.

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